Edema óseo

Conoce más sobre el edema óseo

¿Qué es el edema óseo?

El edema óseo, también conocido como edema medular óseo, es una acumulación anormal de líquido dentro del tejido óseo. Esta condición puede ocurrir como resultado de lesiones traumáticas, como fracturas o esguinces graves, o debido a condiciones médicas subyacentes, como artritis o trastornos circulatorios. El edema óseo puede causar dolor, sensibilidad y aumento de la temperatura en el área afectada, así como dificultades en la movilidad y el rendimiento físico.

¿Qué lo causa?

El edema óseo puede ser causado por una variedad de factores, que incluyen:

  • Traumatismos Graves: Como fracturas de huesos largos o esguinces de articulaciones.
  • Lesiones por sobrecarga: Actividades físicas intensas que ejercen presión excesiva sobre los huesos y articulaciones.
  • Condiciones Médicas: Como artritis, osteoporosis, o trastornos circulatorios que afectan la circulación sanguínea en los huesos.
  • Procedimientos Quirúrgicos: Algunas intervenciones quirúrgicas pueden causar edema óseo como parte del proceso de curación.

¿Cómo se trata?

El tratamiento del edema óseo en fisioterapia se centra en reducir la inflamación, aliviar el dolor, promover la curación y restaurar la función normal del hueso afectado. Aquí están las estrategias clave:

1. Reposo y Protección
  • Descanso: Evitar actividades que puedan aumentar la presión o el estrés en el hueso afectado.
  • Inmovilización Temporal: Uso de dispositivos ortopédicos, como férulas o yesos, para estabilizar el área y prevenir movimientos que puedan empeorar la lesión.

2. Terapia de Frío y Calor
  • Aplicación de Hielo: Para reducir la inflamación y el dolor en la fase aguda del edema óseo.
  • Compresas Calientes: Para aumentar el flujo sanguíneo y promover la relajación muscular en la fase de recuperación.

3. Ejercicios Terapéuticos
  • Ejercicios de Movilización Articular y Estiramiento: Para mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento en la articulación cercana al hueso afectado.
  • Ejercicios de Fortalecimiento Muscular: Para prevenir la atrofia muscular y mantener la estabilidad de la articulación.

4. Terapia Manual
  • Masaje Terapéutico: Para mejorar la circulación sanguínea, reducir la tensión muscular y promover la curación del tejido óseo.
  • Manipulación de tejidos: Para romper adherencias y mejorar la movilidad en el área afectada.

5. Modalidades de Tratamiento Adicionales Terapia con Diatermia o Electroterapia: Para promover la curación del tejido óseo y reducir la inflamación.

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